Un tesoro alimenticio y terapéutico de
gran apoyo en la lucha contra las alergias
El polen es una fuente
ideal de energía para el ser humano y tiene efectos realmente
sorprendentes en el organismo. Este tesoro alimenticio contiene múltiples sustancias
nutritivas y su compleja composición a base de valiosas enzimas, vitaminas y minerales que
hacen de él un complemento ideal para reforzar el sistema
inmunológico o
tomarlo como suplemento en las dietas depurativas y ayunos.
Los granos de polen cambian de forma,
color y sabor con la especie de planta de que se trate, así tenemos polen desde
el amarillo
claro hasta el negro pasando por el malva, verde y todas las tonalidades del
marrón.
Dependiendo de la época del año,
la especie
en floración y, por tanto, el tipo de polen también varía (sería
difícil, a no ser que lo mezcláramos, encontrar en un tarro de polen eucalipto
que florece en invierno y castaño que florece en junio).
Como consumir el polen
El hábito más difundido es el de consumir polen seco
en granos. Pero investigando un poco más sobre este insuperable producto de la
colmena, se ha llegado a establecer que nuestro organismo no puede aprovechar al máximo sus
propiedades. En este sentido conviene conocer algo más sobre el polen y
seguir el ejemplo de lo que hacen las abejas para consumirlo.
Es interesante ver que de inmediato la abeja mezcla el polen con la miel y
lo deposita en celdas interiormente recubiertas con mudas de propóleo. Esto es el llamado “pan de
abejas”.
Estudios realizados en Francia demuestran que nuestros jugos gástricos y nuestro tiempo de tránsito intestinal, no alcanzan a absorber más de un 30% del polen ingerido, evacuándose el 70% restante como fibra vegetal. Por eso la abeja -con un sistema digestivo mucho más primitivo que el nuestro- consume el polen mezclado con la miel.
Es
aconsejable moler
el polen antes de su consumo, se puede hacer con cualquier molinillo
de los que tenemos por casa.
El polen puede
consumirse disuelto
con una bebida, dados sus energizantes efectos, es mejor consumirlo en
la mañana y nunca antes de acostarse. En el adulto, la
dosis media diaria recomendada es de 15 a 20 gramos.
Gracias a su origen 100%
natural el Polen no presenta efectos secundarios, ni contraindicaciones,
incluso en estado
de embarazo. Gracias a esto, la
ley colombiana y de muchos países no restringe su producción y comercialización
(Decreto 3075 de 1997, Artículo 41).
El sabor del polen varía mucho,
dependiendo de las flores donde ha sido recolectado. Se puede tomar al natural,
pero si su sabor nos desagrada, podemos tomarlo con cualquier clase de líquidos. Se
puede mezclar con leche, café con leche, leche con cacao, yogures, zumos de fruta,
etc.
Para empezar, es
conveniente saber, como calcular el peso del polen en cucharadas:
- 1 cucharadita de café rasa: 5 gr de polen seco.
- 1 cucharadita de café colmada: 8 gr de polen seco.
- 1 cucharadita de postre rasa: 10 gr de polen seco
- 1 cucharadita de postre colmada: 15 gr de polen seco.
- 1 cucharada sopera rasa: 15 gr de polen seco.
- 1 cucharada sopera colmada: 25 gr de polen seco.
De esta forma tan
sencilla, podemos saber las dosis terapéuticas y de mantenimiento, calculadas
en gramos y cucharadas.
Adultos:
Dosis
terapéutica diaria: 32 gr (4 cucharaditas de café colmadas)
Dosis
de mantenimiento: 20 gr (2 cucharaditas de postre
rasas)
Niños de 3 a 5 años:
Dosis
terapéutica diaria: 12 gr (un poco menos de una cucharada de postre colmada)
Niños de 6 a 12 años:
Dosis terapéutica diaria: 16 gr (algo más de una cucharada sopera
rasa)
Niños mayores de 12 años:
Dosis terapéutica diaria: 20 gr (2 cucharaditas de postre rasas)
Se
recomienda tomar polen durante 20 días y descansar 10, repitiendo lo mismo todos
los meses según las necesidades. Esto sería suficiente para recuperar la salud,
el vigor y el dinamismo.
Propiedades del polen
El polen contiene entre sus principales principios activos: Proteínas,
minerales e hidratos de carbono, vitaminas A, B, C, D, E y K, colina y rutina, aminas, esterol, lecitina, nucleínas y en general,
todos los aminoácidos
indispensables.
Minerales: potasio, magnesio, calcio, silicio, fósforo,
manganeso, azufre, cobre, hierro y cloro. Es rico en vitamina P que aumenta la
resistencia vaso capilar y previene la embolia. Posee agentes antibióticos muy
poderosos y una provitamina llamada caroteno que el organismo transforma en
vitamina A.
Gracias a todos
estos beneficios, el polen es recomendable para personas
con anemia,
en situaciones de esfuerzo físico o cansancio y para problemas
de próstata,
por su contenido en Zinc.
La combinación de
todos ellos juntos, que no se encuentra
en ningún otro alimento natural o suplemento preparado, hacen de él
una fórmula óptima para reconstruir toda clase de tejidos, debido a su alto
valor nutritivo.
Más que un alimento
El polen es mucho más que un concentrado de vitaminas y minerales. Además
de nutrir y aumentar la actividad enzimática, esencial para el buen
funcionamiento del metabolismo, equilibra el PH de la sangre y aumenta la hemoglobina,
por lo que es un buen regenerador sanguíneo.
Pero todavía hay algo más importante: el conjunto de sus elementos
interfiere y facilita
procesos fisiológicos relacionados con una acción antimicrobiana. Según
algunas experiencias clínicas se sabe que junto a otros productos de las abejas
como son el própolis
y la jalea, actúa contra las bacterias, levaduras y hongos. Se ha
tratado de aislar estos principios activos, pero se ha visto con claridad que actúan como
inhibidores cuando están todos juntos. Resulta pues ser preventivo y
adecuado contra numerosas
infecciones.
Indicaciones del Polen
Las “curas” de
polen durante cierto tiempo son muy adecuadas para
recuperar fuerzas después de estados convalecientes, en casos de fatiga o cansancio crónico,
astenias primaverales u otoñales, debilitamientos en
general, apatías y anemias, ya que aumenta la producción de hemoglobina, en
pocas palabras, renueva la sangre.
Es un buen
ayudante para el hígado: sus glucósidos predigeridos aumentan y facilitan la
formación del glucógeno que
se almacena especialmente en este órgano, de ahí su ayuda para cansancio o la
anemia antes mencionados. Por otro lado se ha observado un efecto
corrector en altos
niveles de colesterol.
Desordenes nerviosos: Tomado
con regularidad, es un complemento excelente para casos de depresión y ansiedad, irritabilidad y neurastenia.
Aporta energía rápidamente, y es un regenerador de primera calidad. Caída del
cabello (el polen contiene cistina, de la que hay un 17% en el
cabello),
Problemas
artríticos: el reumatismo y la artritis,
Fortalece el
sis. Inmunitario: Previene la gripe, actuando como barrera
inhibidora de ciertos gérmenes,
Algunas alergias como
el asma y la rinitis
alérgica (fiebre de heno) son provocadas por el polen,
que trasportado por el viento, llega hasta nuestras vías respiratorias.
Numerosos análisis
científicos han demostrado que tomar polen unos dos meses antes de
iniciarse la época que se tienen más síntomas alérgicos puede ayudar a crear inmunidad.
Para su
conservación las abejas envuelven el polen con una
dura cáscara de cera,
sin embargo para poder aprovechar los múltiples principios activos del polen es
necesario abrir
está cáscara. La digestión no puede procesar más del 10 al 20% de
estos gránulos, y la mayoría abandonaran el cuerpo aún intacto.
Para obtener algún
provecho, se necesita por lo tanto tomar cantidades
relativamente altas.
Normalmente se recomienda tomar de 2 a 3 cucharadas diarias, por eso se
recomienda ensalivarlo y, de preferencia masticarlo o
molerlo muy bien para que se pueda aprovechar correctamente.
Para las personas que no les gusta el sabor del polen seco,
los laboratorios nos ofrecen los pólenes abiertos o en líquido, que aportan las dosis recomendadas diariamente.
Podemos decir del polen que es un remedio bastante universal, eso sí, tomado con
constancia.
No se trata de ningún producto milagroso ni cura nada de repente, sino
más bien de una aportación extra para el cuidado de la salud.
Cuando se recomienda tomarlo
Aunque cualquier momento es bueno para hacer un refuerzo nutricional, se
recomienda
especialmente, estando en condiciones normales de salud, realizarlo
en épocas de
cambio de estación, preparando así al cuerpo para hacer frente a las
nuevas solicitudes que el organismo requiere responder ante los cambios de clima.
El polen está
recubierto por una cáscara muy dura para su protección. En caso
de consumir polen seco, el organismo del ser humano es incapaz de aprovechar el 100% de
las propiedades del polen debido a esta cáscara y solo aprovecha el 15% del
mismo.
El polen es el polvo, más o menos grueso, que contiene los microgametofitos
de las plantas con semilla. El grano de polen tiene una cubierta resistente
que facilita su viabilidad mientras es transportado de la planta que lo ha
originado a otra para que se produzca el proceso de la polinización.
Con los últimos
avances se ha conseguido el llamado polen abierto, que consiste en quitar la capa
dura que recubre el polen mediante
un proceso de nitrogenización y que el ser humano lo pueda digerir y aprovechar
el 100% de sus propiedades. Este proceso consiste en el enfriamiento a bajas temperaturas
del polen para que la cáscara se rompa sin afectar a ninguna de
las propiedades de su contenido.
Este
polen nitrogenizado produce efectos óptimos aunque sea ingerido en cantidades
muy pequeñas. Las sustancias nutritivas del polen están en su
interior lo que supone que este proceso no elimina ninguna de ellas.
Este tipo de polen a tenido gran
éxito en grupos de diferente edad. Deportistas de alta competición, profesionales con alto nivel de estrés, personas de edad
avanzada obteniendo
un efecto vitalizante, en escolares y estudiantes incrementando su capacidad
de concentración
y aprendizaje.
El
polen no actúa contra ningún trastorno en particular, sino que regenera las células y
permite que el cuerpo pueda rehacer su salud. Todo este proceso puede durar
meses, por lo que una cura de polen debería llevarse a cabo como
mínimo durante dos meses.
A menudo, sus efectos se dejan sentir antes, pero el polen sólo podrá
manifestar toda su eficacia si es absorbido durante un espacio de tiempo
prolongado.
Se
recomienda realizar la cura de polen durante la primavera y el otoño. Contra
la rinitis
alérgica conviene tomar polen regularmente desde el mes de marzo
hasta finales de junio o julio.
Propiedades del polen
Propiedades del polen
- Es revitalizante.
- Compensa las carencias minerales y electromagnéticas, anima el metabolismo, aumenta la resistencia vascular, evita la fatiga, amplía la fuerza vital y las inmunidades naturales, y rejuvenece los tejidos.
- Regula el funcionamiento del aparato digestivo.
- Con propiedades bactericidas y antiinflamatorias.
- Su riqueza en zinc y su contenido en vitamina E resultan especialmente interesantes para el tratamiento de los problemas de próstata.
- La capacidad antioxidante del polen de abeja, junto con el zinc y la vitamina C convierten al polen en un buen complemento para mejorar la visión.
- Regula el funcionamiento del hígado.
- El polen tiene efecto inhibidor sobre inflamaciones con edema.
- En el caso de los niños anémicos, el polen provoca una elevación rápida de la tasa de hemoglobina en la sangre. También produce un rápido incremento del peso y de las fuerzas en los convalecientes y es un notorio euforizante.
- Equilibra el pH de la sangre y el funcionamiento del sistema nervioso, decuplica los fenómenos hematoglobulares y produce sangre.